Esteban
Sarasa Mitos y Ritos feudales en Aragón: El caso de Doña Brianda de Luna
El núcleo de la historia:
En síntesis, el
caso es el siguiente. En 1378, doña Brianda de Luna había
abandonado a su
marido, Lope Ximénez de Urrea, produciéndose gran división y
discordia entre
los ricoshombres destos reinos y poniendo toda la tierra en armas
sin hallar
remedio a la concordia. La susodicha doña Brianda -hermana de la
condesa doña María de Luna, mujer del infante don Martín-, tras estar unida en
matrimonio durante cuatro años con don Lope Ximénez de Urrea -descendiente de los condes de
Aranda-, se apartaba de él con el pretexto de que en el tiempo que hicieron vida
juntos siempre fue doncella como antes que se velase con don Lope, iniciándose la
causa por este motivo y encomendándose la misma, por medio
del arzobispo de
Zaragoza don Lope Fernández de Luna-tío del marido abandonado-, a los abades de
Veruela y Montearagón, pronunciándose la sentencia a comienzos de 1379 en favor
de la restitución de doña Brianda a su legítimo consortedon Lope Ximénez de
Urrea.
Pero, entre
tanto, doña Brianda, sin esperar el resultado definitivo de la sentencia
del divorcio, deseando
ser madre y tener hijos, contrajo matrimonio por palabras de presente
con
don Luis Cornel -perteneciente al linaje de los Cómeles, uno de los más
antiguos de Aragón, siendo don Luis biznieto del rey Pedro III habiendo de
dicha unión un hijo antes de que se resolviese la causa de su anterior matrimonio, y
siendo la interesada y don Luis parientes en cuarto grado.
Los ricoshombres
de Aragón se levantaron en armas unos contra otros por
esta causa. Tres
familias representantes de tres linajes involucrados en una guerra
feudal a causa
de una separación matrimonial que atacaba directamente a uno de
los pilares más
sólidos del "mito" feudal; desencadenándose de inmediato el
"rito"
del enfrentamiento entre los linajes y, más concretamente, el de la tala y
arrasamiento de
los lugares de don Luis Cornel, señor de Alfajarín, por parte del
agraviado don Lope Ximénez
de Urrea. Por lo cual se inició, en 1381, una grave
alteración del
orden al verse ayudado don Luis Cornel -que se refugiaría en su castillo- por
familiares no sólo de Aragón sino también de Cataluña y Valencia, y tener que
intervenir el rey que a la sazón se hallaba reunido en Cortes en Zaragoza, en
las que se propuso remediar la situación, dando facultad al monarca -por acto de
Cortes- para poner tregua entre los contendientes y proveer lo necesario para pacificar
el reino.
A la tregua
ordenada por el rey Pedro IV se avino don Lope Ximénez de
Urrea; no así
don Luis Cornel que fue citado, en un plazo prudencial (9),
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(9) Por
aquesto vos decimos e mandamos, e por las presentes (cartas) vos citamos
e amonestamosque dentro XX días después de la present, a vos personalmente o en
la vuestra habitación de Alfajarín, será presentada, parescanys ante nos
personalment do quiere que seamos dentro en el dito regno... En otra manera
certificamos vos que passado el dito tiempo, el qual vos assignamos por término
perempte, nos procediriemos contra vos evuestros bienes segunt disposición de
fuero e de la carta de la paz, e a nos pertenesce en eldito caso (ms. A-4,
fols. 166v-167).
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