DAMAS
CATALANAS ILUSTRES (IV)... (Y final)
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Pero
como el amor es más irreflexivo en cuanto es más vehemente, don Luís Cornel
echó á perder la cosa atacando, entre tanto, al de Urrea con un ímpetu tal, que
le tomó y taló los pueblos de Osera, Alfajarín y otros, Antes de empezar estas
" hostilidades”, ambas partes contendientes habían convenido en aceptar
para Doña Brianda la custodia del Cardenal y el príncipe Don Juan no puso
reparo en que el de Sesse la entregase al purpurado de Aragón, quien la
depositó en el lugar de Illescas. En vista de la acometida del de Cornel contra
las tierras del de Urrea, el rey Don Pedro se apresuró á escribir al Cardenal
que extremase la custodia de Doña Brianda y, para que la sangre aragonesa no
corriese en vano por causa de unos amores que recordaban los de Helena y Páris,
en el sitio de Troya; el rey y el príncipe interpusieron la autoridad para que
Cornel y Urrea estableciesen una tregua. Obedecieron entrambos y la pactaron,
pero el vehemente Cornel la aprovechó yendo secretamente á Illescas, en donde
raptó á Doña Brianda sin más auxiliares que su espada, la condujo al castillo
de Huesca, donde casó con ella en la capilla del mismo, y dejando al rey, y á todos,
con el estupor de la indignación y de la sorpresa.
ARTURO MASEIERA
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