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17.- ...
se escurrió entre los dedos la antigua vida mía.
Como una lágrima
se me escurrió entre
los dedos
el peso de los días
el paso de las horas
el poso de la
mañana;
y ya no quedan ni recuerdos
nada, ni el polvo de
la arena en el reloj
ni el navegar
presuroso de las hierbas del cajero
en la corriente de
la acequia,
ni la brizna de sol
que penetraba por las láminas
de la ventana
entornada,
ni el olor
desvanecido de tu pelo
en las almohadas
ni el sabor a
miel en el bocal de tus labios,
nada…
¿y cómo podré seguir
tu rastro?
¿Cómo podré
vivir aguaitando amaneceres?
Como
una lágrima
se me escurrió entre
los dedos
la antigua vida
mía.*
*De
una cita de Olga Bernad “Puro azar”
Mariano Ibeas

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