28.- VII
¡Qué marítima en ella la pereza!
Baja
de la calesa de las olas
y
se entrega a la arena.
(Adonis "Polen")
554
34.- No rompe la soledad
No rompe la soledad
el ruido amargo de las olas
no arranca de raíz
los contornos del pensamiento
ni se aquieta la mirada en el horizonte en
llamas
no quisiste despertar
hiciste un refugio en el manantial de
sombras
y al abrigo de lo oscuro
construías tu reparo
en el nido de sus brazos buscabas la
seguridad del útero
y la calidez del latido de la sangre
antes del tiempo, antes que los días
echasen a rodar
y despertasen en ti los calendarios
temías despertar
volviste a tus adentros y querías cerrar
la puerta
clausurar todas las ventanas
capturar el humo del hogar
matar el rumor del aire
y sin embargo,
vuelven a tus sienes como las olas
como el golpeteo insistente del mar en las
orillas
vuelven con su manantial de sombras
con su martillo en el yunque de tu sangre
no podrás ser sordo ni ciego:
nadie huye nunca de sí mismo
porque a la vuelta de la esquina
se encuentra consigo mismo
cara a cara.
Mariano
Ibeas
29/04/2010
21:04 MARIANO
IBEAS #. TREINTA Y OCHO GLOSAS
29.-
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