7.- Enredado en
azar llegó tu nombre.
Enredado en azar llegó tu nombre,
como maraña de ramas que arrastra el río,
cuajado
de espumas y de olas,
de
voces y de gritos,
como
eco de pasos en lo oscuro,
de
sueño y de voz de caracolas,
encendida
llama
que
late imperceptible en las cenizas,
que
se aviva
tras
el soplo, como brasa...
enredada
y encendida en tus cabellos
mi
mirada
prendida
en la piel como la sangre
prendada
de la piel como el sudor
o
las lágrimas,
vino
para quedarse y no encontró acogida
sobre
las arenas
sobre
el viento y las olas
en
la orilla de la playa
con
el grito del mar entre las rocas…
enredada
en azar llegó tu risa
a
despertar las sombras
a
poblar las horas de soledad y tedio
las
mañanas frías de pupitre
amarrado
al duro banco de la escuela
al
bullicio y los golpes del taller
al
golpe bajo de la traición
a
la indiferencia de la masa
vino
como fermento para el pan
como
caricia para el frío
como
compañía y reparo de la soledad,
vino
contra la muerte,
vino
como la suerte,
puro
azar.
Mariano Ibeas
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