LLENAR EL VACÍO II
Y
sin embargo,
el
vacío es fecundo, lo llena todo,
se
traga las palabras
y
las lágrimas,
inunda
los sentidos:
ciega,
calla, muda
aleja
las huellas y la piel
de
la punta de los dedos,
deshace
las caricias…
no
sabe de luz ni de color
no
sabe
de
la flor ni su corola, de los pétalos y anteras,
de
estambres y pistilos,
no
separa sépalos, cálices y ovarios
hosco, despoblado y yermo
el
golpe irracional, seco y seguro
quiebra
la fibra enhiesta,
arranca
la raíz,
seca
la rama, dispersa las hojas verdes
con
la eficacia del cierzo en el otoño,
hiela
la savia
y
todo se detiene
y
el vacío y la nada lo inundan, lo diluyen
como
una niebla,
como
la nieve que cubre la tierra
y
borra el horizonte
__nada y flota en el vacío__
como
en un caldo primigenio
en
la vorágine del caos,
en
la oscuridad de lobo.
Mariano Ibeas

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